A la tradicional recomendación de beber dos litros por día, un reciente estudio sumó que superar esa marca puede ser clave para prevenir enfermedades e impulsar el bienestar
La hidratación es esencial para el funcionamiento óptimo del cuerpo humano. Durante décadas, la recomendación general de beber ocho vasos de agua al día ha sido considerada un estándar de salud, pero un reciente estudio publicado en JAMA Network Open sugiere que consumir aún más agua podría ofrecer beneficios adicionales significativos.
Este análisis sistemático de investigaciones anteriores realizado por investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, refuerza la idea de que aumentar la ingesta de agua podría ser una intervención simple y de bajo costo para mejorar diversos aspectos de la salud.
Beber agua no solo mantiene el cuerpo hidratado, sino que también está relacionado con una serie de beneficios clínicos.
Según el estudio revisado, los efectos positivos más destacados incluyen:
- Pérdida de peso: incrementar el consumo de agua, especialmente antes de las comidas, puede ser una herramienta efectiva para perder peso.
- Prevención de cálculos renales: consumir ocho vasos diarios reduce notablemente la probabilidad de desarrollar nuevos cálculos renales.
- Reducción de migrañas: los adultos con dolores de cabeza recurrentes mostraron mejoras tras aumentar su ingesta de agua durante tres meses.
- Prevención de infecciones urinarias: beber seis vasos adicionales al día disminuyó la frecuencia y gravedad de estas infecciones en mujeres con historial recurrente.
- Control de la diabetes y la presión arterial: pacientes diabéticos y adultos jóvenes con presión arterial baja experimentaron mejoras al incrementar su consumo de agua.
“Sabemos que la deshidratación es perjudicial, especialmente en alguien con antecedentes de cálculos renales o infecciones urinarias, pero lo que demuestra este análisis es que beber mucha agua implica mucho más que simplemente sentirse renovado”, aseguró el presidente del Departamento de Urología de la UCSF y autor principal del estudio, Benjamin Breyer. Estos hallazgos subrayan el impacto potencial de un hábito tan básico como beber agua en condiciones de salud prevalentes.
Qué hallaron en el estudio
El estudio analizó 18 ensayos clínicos aleatorizados con un promedio de 48 participantes por investigación. Aunque las pruebas concluyeron que beber más agua puede ser beneficioso en varios contextos, los resultados no siempre fueron consistentes ni estadísticamente significativos en todas las áreas.
Sin embargo, los investigadores destacaron que “la cantidad de investigaciones rigurosas resultó ser limitada, pero en algunas áreas específicas se observó un beneficio estadísticamente significativo”.
Entre las limitaciones del estudio enumeraron las siguientes:
- Cantidad limitada de investigaciones rigurosas: solo 10 de los 18 estudios incluidos en la revisión mostraron resultados positivos definidos.
- Variabilidad de los resultados: factores como la edad, el sexo y el entorno influyeron en los efectos observados.
- Falta de pruebas causales sólidas: ningún estudio pudo demostrar de manera concluyente que un mayor consumo de agua fuera la causa directa de los beneficios observados.
A pesar de estas limitaciones, los datos disponibles respaldan un vínculo claro entre la hidratación adecuada y la mejora en la salud, especialmente en la prevención de cálculos renales y la pérdida de peso.
Cuánta agua recomiendan beber por día
La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere una ingesta diaria de 3,2 litros (aproximadamente 14 vasos) para hombres y 2,7 litros (11 vasos) para mujeres en climas templados. Sin embargo, estas recomendaciones pueden variar según el entorno y las necesidades individuales.
“Escuchar a tu cuerpo es fundamental”, recalcaron los investigadores, quienes también señalaron que la deshidratación es particularmente perjudicial para personas con antecedentes de cálculos renales o infecciones urinarias.
Por otro lado, quienes experimentan micción frecuente podrían beneficiarse de reducir ligeramente su ingesta. No existe una fórmula única para todos, y consultar con un médico es esencial para determinar la cantidad adecuada de agua según las necesidades específicas.
Beber agua es una práctica sencilla con potencial para impactar positivamente en la salud pública.
Con su bajo costo y ausencia de efectos secundarios significativos, fomentar un consumo adecuado de agua es una recomendación que podría beneficiar a amplios sectores de la población. En un mundo cada vez más consciente de la importancia de la salud preventiva, este hábito ancestral sigue demostrando ser esencial para el bienestar físico y mental.