Es una tendencia que se sostiene desde el año pasado, en el que esta categoría de productos farmacéuticos, que incluye medicamentos, se ubicó 26,9 puntos porcentuales por debajo del IPC general. Representa un cambio en relación a la dinámica observada en 2023, motivado por el contexto de estabilidad económica del país.
Según los datos de inflación publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), en el mes de marzo el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de productos medicinales, artefactos y equipos para la salud aumentó un 1,3%. De esta manera, el incremento de estos productos se ubicó 2,4 puntos porcentuales por debajo del aumento del conjunto de bienes y servicios representativos del gasto de consumo de los hogares (IPC NG), que fue del 3,7%.
De acuerdo al informe sobre la evolución de los precios de los medicamentos en Argentina, realizado por la Dirección Nacional de Economía de la Salud del Ministerio de Salud de la Nación, el aumento de los precios de los productos farmacéuticos se ha mantenido estable durante el primer trimestre del año, registrando un aumento del 1,6% en enero y febrero y un 1,7% en marzo.
Este es el décimo mes consecutivo en el que los precios de los productos farmacéuticos registran incrementos inferiores a la inflación general. Durante el primer trimestre de 2025, los precios de los medicamentos aumentaron un 5,2%, en comparación con el acumulado del IPC NG que fue de 8,6%.
Por otro lado, en los medicamentos de alto costo se observa una desaceleración en el aumento pasando de 1,9% en el mes de enero a 1,3% en el mes de marzo. La misma tendencia se registra en los medicamentos de venta libre que a comienzos de año evidenciaron un aumento del 1,7% y actualmente se encuentran en 1,5%.
Sin embargo, esta desaceleración no ha sido uniforme en todas las categorías de medicamentos. Al diferenciar por origen, en el primer trimestre se observó que los medicamentos nacionales incrementaron sus precios en un 5,0%, mientras que los importados aumentaron un 6,5%, ubicándose estos últimos 1,8 puntos porcentuales por encima al incremento del dólar, cuya variación fue del 4,7%.
A pesar de ello, es importante destacar que los medicamentos se mantienen por debajo del aumento del IPC general desde el año pasado. En 2024, la canasta total de productos farmacéuticos subió un 87,2% y el IPC de productos medicinales, artefactos y equipos para la salud aumentó un 90,9%, contra un 117,8% del IPC general y un 119,0% del IPC Salud. Este comportamiento es atribuido a una combinación de factores, entre los que figura principalmente el contexto de estabilidad económica que se ha logrado en el último año. En este sentido, se observa un notable cambio en la dinámica de precios respecto a 2023, año en el que la inflación anual registró un incremento del 211,4%, los productos medicinales, artefactos y equipos para la salud aumentaron un 275,6%, y la canasta total de medicamentos alcanzó un 318,2%.
El seguimiento de la evolución de precios es realizado de manera mensual por el equipo técnico de la Dirección Nacional de Economía de la Salud (DNESA) del Ministerio de Salud de la Nación. La medición se realiza mediante el seguimiento de los precios de venta al público publicados en los manuales farmacéuticos, utilizando una canasta de más de 15.000 productos. El objetivo es estudiar y analizar el comportamiento de los precios del sector para proveer evidencia sólida que sirva para la toma de decisiones estratégicas.
El trabajo realizado por la DNESA forma parte de la política de transparencia de precios que viene implementando la cartera sanitaria nacional. Dentro de las acciones realizadas, se destaca la exhibición de los medicamentos de venta libre en góndolas, la creación de la interfaz de “Precios de Medicamentos” que permite que las personas tengan acceso al precio de todos los medicamentos disponibles en el mercado y la implementación de un código QR en farmacias para que los usuarios puedan acceder a esta información al momento de la compra.
La generación sistemática de evidencia sobre la evolución de los precios, junto con mecanismos que aseguran la transparencia y el acceso público a la información, fortalece la capacidad de las personas para tomar decisiones libres e informadas al momento de adquirir sus medicamentos, al tiempo que promueve un entorno más competitivo y eficiente en el mercado de la salud.