Las fiestas pueden exacerbar problemas como depresión y ansiedad. En exclusiva para Infobae, Ineco brindó estrategias para recuperar su bienestar emocional
*Grupo INECO es una organización dedicada a la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades mentales. A través de su Fundación INECO, investiga el cerebro humano.
En la actualidad, muchos referentes jóvenes del mundo artístico y deportivo están hablando abiertamente de los desafíos y padecimientos que atraviesan en relación a su salud mental, lo cual puede ser de gran ayuda para miles de adolescentes que sufren síntomas similares, pero los viven en silencio.
“La adolescencia es un periodo crítico para la aparición de muchos trastornos mentales, entre ellos, los trastornos de ansiedad y la depresión. Hoy sabemos que al menos un 50% de los trastornos mentales comienzan en esta etapa de la vida.
La persona que los padece siente emociones como la ansiedad, el miedo, la tristeza y la desesperanza. Suelen tener pensamientos negativos. A menudo abandonan sus actividades sociales y se aíslan.
El final de año puede ser un momento en el que estos síntomas emerjan y generen situaciones de crisis, pero también puede ser una excelente oportunidad para poder abordarlos de manera adecuada”, comentó el doctor Fabián Triskier, médico psiquiatra (MN 75.680), miembro del Departamento Infanto Juvenil de INECO.
En gran parte del mundo se ha evidenciado un aumento de los trastornos de ansiedad y depresión desde principios de la década de 2010. Es de destacar que este hecho ha recibido diferentes cuestionamientos, argumentando que en realidad no es que han aumentado el número de adolescentes que sufren algún tipo de sintomatología de depresión o ansiedad, sino que existiría una mayor apertura para hablar de estos temas que en el pasado. De ser así, sería muy positivo.
Sin embargo, hay quienes opinan diferente, expresando que, en la actualidad, no es que haya aumentado la prevalencia de trastornos mentales en la población adolescente, sino que muchos adolescentes tienden a patologizar lo que anteriormente, jóvenes de su misma edad, reconocían como emociones normales y no patológicas.
Fin de año y salud mental adolescente
Fin de año se asocia a bienestar, alegría y festejo. A la a celebración familiar de Navidad y Año Nuevo. A regalos, cenas familiares y fiestas con amigos. Sin embargo, miles de adolescentes no lo viven de esta manera. El fin del período escolar, asociado habitualmente a las vacaciones, el alivio y descanso puede convertirse en un factor desestabilizante para adolescentes con sintomatología previa frente a la ruptura de la rutina anual y el incremento de la soledad.
Los festejos familiares pueden convertirse en una amenaza frente a la exposición familiar para aquellos que presentan síntomas de depresión o de trastornos de la alimentación. Las inminencias de fiestas con pares pueden convertirse en una pesadilla luego de pasar horas frente a redes sociales siendo testigo de eventos que se programan o suceden sin haber recibido ninguna convocatoria o invitación, que se potenciará al leer comentarios y ver las fotos de lo sucedido en esas fiestas a las que uno no pudo concurrir por no poder pagar la entrada, los gastos para movilizarse hasta el lugar del evento o la ropa adecuada.
La sensación de que no se tiene el cuerpo requerido para exhibir o la certeza de que ningún tipo de ropa lucirá de manera adecuada en dichos eventos suelen ser factores estresantes.
Las chicas se perciben más expuestas a juicios adversos y severos sobre su aspecto y su físico, y confrontan con cánones de belleza fuera de su alcance. Son más vulnerables al no poder evitar la comparación social constante, padeciendo por un sentido de perfeccionismo estimulado por las redes sociales que las ponen frente a un sinfín de imágenes día a día, en las que ven a chicas de la misma edad que no parecen de verdad, con cuerpos perfectos y con vidas aparentemente perfectas.
¿Qué hacer frente a una persona que está atravesando un padecimiento mental? Más allá de la alegría que para muchos es sinónimo de fin de año, es importante poder ser empático y prestar atención a lo que puede estar viviendo alguien que no expresa la alegría que se espera para esos tiempos, especialmente si se trata de adolescentes.
Es muy importante no invalidar ni banalizar los motivos del sufrimiento, y siempre estar dispuestos a escuchar con atención permitiendo la expresión de lo que les sucede sin emitir juicios ni realizar comparaciones con la experiencia personal en ese primer diálogo, aun cuando no se pueda comprender del todo, irrite, angustie o no se esté seguro de que hacer.
Como ha sido definida por la ciencia, la adolescencia es un período de alta vulnerabilidad frente a la influencia del contexto en tiempos en que el cerebro experimenta importantes cambios. Sin embargo, la adolescencia también es un período de oportunidades para favorecer la salud y el bienestar de los jóvenes, ya que esa misma plasticidad cerebral la convierte en un período en el que las intervenciones para mejorar la salud mental pueden ser más eficaces.
- Tristeza o retraimiento que duran más de dos semanas
- Sentimientos intensos de miedo, ira, tristeza, euforia o desinhibición que parecen desproporcionados a la situación
- Cambios drásticos en el comportamiento o la personalidad, especialmente si son peligrosos como peleas o abuso de sustancias
- Dificultad para concentrarse, distracción constante, distanciamiento, falta de respuesta o desconexión
- Cambios de peso inexplicables, vómitos frecuentes, visitas repetidas al baño
- Dolores de cabeza o abdominales crónicos
- Ausentismo escolar
- Conductas autolesivas como cortarse o quemarse
- Ideas o pensamientos suicidas
Cómo ayudar a un adolescente con síntomas de ansiedad o depresión
Datos y cifras
Según datos de 2019 de la Organización Mundial de la Salud:
- La mitad de los trastornos mentales comienzan a los 14 años o antes, pero en la mayoría de los casos no se detectan ni se tratan
- La depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre adolescentes
- El suicidio es la tercera causa de muerte entre 15 y 19 años
- No abordar los trastornos mentales de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden hasta la edad adulta, que afectan tanto a la salud física como a la mental y limitan las oportunidades de una vida adulta satisfactoria.