Científicos del Reino Unido y los Países Bajos, han identificado factores no genéticos que aumentan el riesgo de demencia en las personas menores de 65 años. Los hallazgos fueron publicados en la revista JAMA Neurology
(Carole Tanzer Miller- HealthDay News) — Desde el consumo de alcohol hasta el aislamiento social, la mala audición y la enfermedad cardiaca, los investigadores han identificado más de una docena de factores no genéticos que aumentan el riesgo de demencia en las personas menores de 65 años.
Aunque en todo el mundo se diagnostican alrededor de 370,000 casos nuevos al año de demencia de inicio temprano, no se ha investigado bien. Ahora, un gran estudio realizado por científicos del Reino Unido y los Países Bajos sugiere que centrarse en los factores de salud y estilo de vida puede ayudar a reducir el riesgo.
Los investigadores siguieron a más de 350,000 personas menores de 65 años que participaron en el estudio del Biobanco del Reino Unido.
Encontraron que los que tenían menos educación, un estatus económico más bajo, factores de estilo de vida como el trastorno por consumo de alcohol y el aislamiento social, y problemas de salud como la deficiencia de vitamina D, la depresión, el accidente cerebrovascular, el deterioro de la audición y la enfermedad cardiaca tenían probabilidades significativamente más altas de un diagnóstico de demencia.
Si bien las variantes genéticas particulares jugaron un papel, los hallazgos desafían la idea de que la genética es la única culpable. ”Este es el estudio más grande y robusto de su tipo jamás realizado”, dijo el coautor del estudio, David Llewellyn, director de investigación e impacto de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido. “De manera emocionante, por primera vez, revela que podríamos tomar medidas para reducir el riesgo de esta afección debilitante, al enfocarnos en una variedad de factores diferentes”.
La demencia de inicio temprano cobra un alto precio, según el coautor del estudio, Stevie Hendriks, investigador de la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos.
“Por lo general, las personas afectadas siguen teniendo un trabajo, hijos y una vida ocupada”, señaló en un comunicado de prensa de Exeter. “A menudo se asume que la causa es genética, pero para muchas personas en realidad no sabemos cuál es la causa. Es por eso que también quisimos investigar otros factores de riesgo”.
Su colega de Maastricht y coautor Sebastian Köhler señaló que la investigación en pacientes mayores con demencia ya había descubierto algunos factores de riesgo.
“Además de los factores físicos, la salud mental también juega un papel importante, como evitar el estrés crónico, la soledad y la depresión”, dijo Köhler, profesor asociado de psiquiatría y neuropsicología. “El hecho de que esto también sea evidente en la demencia de inicio temprano fue una sorpresa para mí, y también podría ofrecer oportunidades para reducir el riesgo en este grupo”.
Los hallazgos se publicaron en la edición del 26 de diciembre de la revista JAMA Neurology.
El financiamiento estuvo en parte a cargo de la asociación Alzheimer’s Research UK. Leah Mursaleen, jefa de investigación clínica de la organización, dijo que los hallazgos arrojan una luz muy necesaria sobre los factores que pueden influir en el riesgo de demencia de inicio temprano.
“En los últimos años, ha habido un consenso creciente de que la demencia se vincula con 12 factores de riesgo específicos modificables, como el tabaquismo, la presión arterial y la pérdida de audición”, dijo. “Ahora se acepta que hasta cuatro de cada 10 casos de demencia en todo el mundo están relacionados con estos factores”.
Mursaleen dijo que ahora se necesitan estudios más amplios para aprovechar estos hallazgos.
Más información
La Alzheimer’s Society ofrece más información sobre la demencia de inicio temprano.
FUENTE: Universidad de Exeter