Meses atrás la misma Facultad había entregado legajos reparados a las familias de aquellas personas que, siendo integrantes de la unidad académica (estudiantes, graduados, no docentes), resultaron víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico-militar; ahora se logró reponer una placa con los nombres y apellidos de aquellxs militantes del Centro de Estudiantes de Ciencias Médicas (CECiMe) que fueron desaparecidxs, entre los meses de mayo y junio de 1977.
Con gran emoción, a partir de las 11 de la mañana se reunieron familiares, compañerxs de promoción de lxs jóvenes desaparecidxs (como la médica residente en Carlos Casares, Cristina Suárez, artífice del encuentro; Sergio Scalea, presidente del CECiMe durante la dictadura; Hernando Cevallos, que viajó desde Perú especialmente para la ocasión), integrantes actuales del CECiMe (su presidenta, Agustina Perrota) y autoridades de la Facultad (decano Juan Ángel Basualdo Farjat) y de la Universidad (abogada Guadalupe Godoy, directora de Políticas de Memoria de la UNLP).
Así es que volvieron a quedar incorporadxs en la Facultad, mediante una placa que se descubrió en esa mañana, los nombres y las historias de María Isabel Navarrete (secuestrada el 17 de mayo de 1977, cuando tenía 23 años), Luis Vicente Dimattia (24 años, secuestrado el 9 de junio de 1977), Néstor Omar Zaragoza (secuestrado el 9 de junio de 1977, con 21 años de edad), Héctor Oscar Manazzi (19 años), Rodolfo Emilio Pettiná (23 años) y Ricardo Antonio Sangla (19 años), los tres últimos nativos de Trenque Lauquen, secuestrados el 15 de junio de 1977 (“chupados” de madrugada de la casa del Centro Universitario de Trenque Lauquen en La Plata). Lxs seis jóvenes, además de estudiar Medicina e integrar el CECiMe, eran militantes de la Federación Juvenil Comunista.
La búsqueda de Verdad y Justicia no se detiene, a pesar de que por motivos coyunturales se envalentonen algunxs personajes que reivindican el terror de Estado, negando sus crímenes contra la humanidad como si se tratara de simples “abusos” (eso plantea la candidata “libertaria” Victoria Villarruel acerca de los actos genocidas perpetrados en la ex-ESMA, sitio hoy consagrado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, dado su valor testimonial de aquellos hechos, los más horrorosos imaginables). En esta actualidad, por lo tanto, los actos por la Memoria de lxs 30.000 se vuelven aún más necesarios y urgentes. Desde la Facultad de Ciencias Médicas de La Plata nos dan el ejemplo de lo que es correcto, de lo que debemos seguir haciendo lxs millones que sostenemos el Nunca Más.
30.000 compatriotas detenidxs-desaparecidxs: ¡Presentes! ¡Ahora y siempre!