viernes, octubre 6

Cómo tener una obra social siendo monotributista y no morir en el intento.

Es común perder mucho tiempo en trámites para que las obras sociales registradas en el listado de AFIP para monotributistas garanticen la cobertura del Programa Médico Obligatorio. Hay quienes abandonan en el camino o quienes no saben dónde pedir ayuda. La Superintendencia de Servicios de Salud es el organismo indicado y, en esta nota, te dejamos data útil. 

Estamos en una mesa de amigues, el listado de temas de conversación es amplio y epocal. Pero me detengo en un comentario: “Ruego no tener un problema de salud, porque no tengo obra social”. Alguien del círculo responde: “Same”. No me sorprende, ya he escuchado repetidas veces este problema, que no tiene que ver con el acceso a la salud pública, sino con un segmento profesional y con trabajo. Hay un motivo compartido en no tener cobertura médica: ser monotributista. En cada caso, las situaciones varían sobre por qué no logran acceder al beneficio. Por ley, corresponde proveer las prestaciones del Programa Médico Obligatorio (PMO) y todas las obras sociales que figuran en este listado están obligadas a afiliar a beneficiaries monotributistas. 

Las quejas sobre los vericuetos burocráticos y el tiempo que lleva resolverlos son la constante en los relatos; no saber a dónde recurrir, la impotencia ante la pérdida de tiempo y el fracaso en los trámites se mezcla con las condiciones precarias de las formas laborales y los sueldos escasos. Un combo ideal, por el cual muchas personas abandonan a mitad de camino desanimadas y siguen sin cobertura. “Los reclamos para que se garantice la cobertura son de tipo individuales, por lo que, al no poder tomar una acción colectiva -o, al menos, no hay una decisión política del organismo para que así sea-, lo que sucede es que se vulneran los derechos permanentemente de los beneficiaries”, explican desde el equipo técnico de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), con quienes conversamos para esta nota, ya que es la entidad pública que regula y controla a las obras sociales nacionales y entidades de medicina prepaga para garantizar los derechos de usuaries a las prestaciones de salud, y a quienes corresponde recurrir en los casos de negativa de afiliación de las obras sociales. 

Rafa se comunicó telefónicamente con la obra social y no quisieron otorgarle un e-mail al cual enviar la documentación correspondiente. Luego de insistir, logró que le dieran un número de teléfono para presentar -vía WhatsApp- los papeles y solicitar así la activación del PMO. “Durante meses, me mintieron esgrimiendo engañosamente la existencia de cupos con prioridad de activación para los aportantes del sector al que corresponde la obra social y a quienes adquirieran “planes superadores” (con costos extra), algo ilegal, ya que la normativa vigente obliga a las obras sociales a brindar el PMO a quienes aportan vía monotributo. Finalmente, me contacté con la Superintendencia y, luego de cuatro meses de dilaciones y gracias a la intervención de la SSS, logré que me otorgaran cobertura. 

El cambio hacia las formas de contratación precarias como el monotributo se profundiza cada día en nuestro país. Como detallamos en una nota anterior, según datos del Ministerio de Trabajo, en el año 2022, hubo un crecimiento en el registro de trabajadores y alcanzó casi los 13 millones; dicho incremento tiene que ver con monotributistas mayormente. El  monotributo social fue la modalidad de registración que más aumentó -un 40%- y son mayoritariamente mujeres y jóvenes de sectores populares. Ahora, ¿qué derechos laborales mejoran al compás de este crecimiento? Adivinen. 

Este sistema de tributación tiene entre sus problemas la negación de derechos laborales básicos que han sido centrales en la historia obrera de nuestro país. Si sos monotributista, no existen las vacaciones pagas, el aguinaldo, los días por tareas de cuidado o enfermedad, derechos a huelga y sindicales, protección ante despidos, ART, entre otras. Y dentro de los derechos que sí garantiza, como la cobertura médica, no parece ser sencillo el acceso ni el alcance. 

Diana tiene 35 años. Actualmente, tiene obra social por sus aportes al monotributo -en la categoría más baja- a la que dio de alta a comienzos del 2020. Le llevó más de un año la afiliación, con gestiones desgastantes y pérdida de tiempo. “Me dijeron que, luego de tres meses de aportes, podía dar de alta la obra social. Así lo hice, me comuniqué con la obra social que había elegido de la página de AFIP y a la que ya le había pagado durante tres meses, y se negaron a darme el alta. Dos llamadas con la misma respuesta. Otro llamado y una explicación amparada en la pandemia. Otro llamado y la excusa de que solo daban de alta a personas afines al rubro. Siete meses después de pagar en tiempo y forma el aporte a la obra social, inicié el reclamo con la Superintendencia de Salud”.

A Diana le llegó una carta documento de la obra social, diciendo que no podían darle el alta porque estaban sobrepasados por la pandemia. Ella se asustó. ¿Es normal una carta documento? Sí, es común que envíen carta documento por la cual no dan el alta. Luego de la mediación de la SSS, logró que, un año después de hacer aportes a la obra social, le dieran el alta.

Cambian las argumentaciones sobre la negativa a dar el alta, pero actúan igual, dilatan y niegan la recepción. “Desde hace bastante tiempo, las OOSS niegan sistemáticamente afiliación (en primera instancia) y, luego, cobertura prestacional. El 60% de los reclamos que recibimos en nuestras oficinas es por esta razón. Se ha modificado el aporte de monotributista de manera escalonada (a mayor facturación, mayor aporte), más subsidios que reciben las OOSS del sistema nacional, sin embargo, no se ha visto un cambio frente a esta problemática histórica”, explicaron desde la SSS. 


Para las situaciones en las cuales no se puede acceder a la afiliación por los motivos que sean, lo que aconsejan desde el organismo es iniciar un reclamo con ellos. Se necesita clave fiscal y, en caso de no tenerla, otra persona en su nombre podrá iniciarlo como gestor. Dentro de la web del sitio, en trámites a distancia, está la opción Prestacional y Negativa de Afiliación (pueden hacer clic e ir a los links directos). Allí, figura la documentación necesaria, que debe ser cargada en su totalidad. Aconsejan, una vez iniciado el trámite y para su seguimiento, informar el número de expediente que arroja el sistema a: cordoba@sssalud.gob.ar


Juli tiene 30 años y es monotributista desde el 2013. Por defecto, le asignaron una obra social que no usaba porque estaba en relación de dependencia en otro trabajo y tenía la que le daban allí. Sobra aclarar que se necesita más de un trabajo para llegar a fin de mes y que, muchas veces, las opciones de cobertura ofrecidas no tienen coberturas amplias y efectivas. Durante un tiempo, dio de baja el monotributo y, cuando le dio de alta nuevamente, ya sin la otra obra social, le dijeron que no admitían monotributistas desde el 2018. Lo mismo, una vez más. Logró el alta con la SSS. 

“Tengo la cobertura, pero no es buena, no tienen disponibilidad de turnos en el corto plazo, son para dos o tres meses; en mi caso, eran temas ginecológicos. Cuando consulté, la respuesta directamente fue que no hay turnos. A mí me descuentan 3.600 pesos y siempre tengo que pagar, por cualquier estudio mínimo, entre $1.000 y $1.500, y, por cualquier receta, tengo que ir exclusivamente hasta la sede de la obra social. También me piden recetario, o sea, si el médico me receta algo, tengo que tener exclusivamente un recetario de la obra social, tengo que ir antes a la obra social para preguntarles, por las dudas, si me dan un recetario en el caso de que me receten algo. Y, bueno, así destino mil horas en esto”.