Si bien a partir de julio comienza a ser obligatoria las recetas digitales, las entidades tendrán 180 días más para usar el papel hasta adecuarse a la normativa.
A partir del 1° de julio, la Argentina entrará en una nueva era en la gestión sanitaria con la implementación exclusiva de recetas electrónicas en todo el país. Este cambio significará la desaparición de las recetas en papel en consultorios, farmacias, laboratorios de análisis clínicos y centros de estudios. Con solo una semana para la fecha límite fijado por el Ministerio de Salud, aproximadamente el 30% del sistema de salud aún necesita adaptarse completamente a las plataformas online de prescripción y a la inscripción actualizada de los profesionales.
Este lunes, los ministros de Salud de la Nación y las provincias se reunirán de manera virtual para revisar el estado de adecuación en cada distrito. La conectividad y la actualización de los padrones de los profesionales serán los principales temas a resolver. Los responsables de las plataformas digitales también deberán asegurarse de que los medicamentos se indiquen por su nombre genérico y el diagnóstico correspondiente, como exige la reglamentación de la ley de receta electrónica en el Boletín Oficial.
Actualmente, hay alrededor de 80 plataformas en uso, según datos del Ministerio de Salud de la Nación. Cada plataforma debe obtener un código único de identificación, el cual garantiza la seguridad informática y la trazabilidad de las recetas desde la prescripción hasta la dispensa. El Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (Renapdis) centralizará todas las plataformas existentes, mejorando la modernización e interoperabilidad del sistema de salud.
El megadecreto presidencial de diciembre pasado estableció el 1° de julio como fecha límite para alcanzar la digitalización total en la prescripción y dispensa de medicamentos y órdenes médicas. El decreto N°345 de abril reglamentó esta obligatoriedad, abarcando también a las farmacias, que ya operan con sistemas online de dispensa y validación de coberturas. La receta electrónica no eliminará las plataformas digitales existentes, sino que las integrará y estandarizará, mejorando la eficiencia del sistema de salud.
La semana pasada, se realizaron reuniones con el PAMI y la Superintendencia de Servicios de Salud para evaluar la adecuación de obras sociales y prepagas. Según estimaciones, un 70% de las coberturas y prestadores ya han adoptado la prescripción electrónica, mientras que el 30% restante, concentrado principalmente en el sector público, aún está en proceso de implementación. La conectividad y la actualización de padrones profesionales son obstáculos significativos, especialmente en áreas alejadas de las ciudades.
A partir del 1° de julio 2024, comenzará una etapa de transición de 180 días para abandonar completamente el uso de papel, aunque la prescripción electrónica será obligatoria. Este período de transición permitirá que las recetas en papel coexistan con las electrónicas, garantizando que todos los pacientes tengan acceso a los medicamentos y estudios necesarios. Se espera que el Gobierno publique en el Boletín Oficial el plan de implementación detallado, contemplando un soporte alternativo para situaciones de contingencia o fuerza mayor, asegurando que ninguna persona quede sin acceso a la salud durante el proceso de digitalización.