En todo el mundo se están realizando ensayos clínicos de una intervención quirúrgica cerebral que no requiere incisión ni produce derrames sanguíneos, pero que mejora drásticamente la vida de las personas con temblor esencial, depresión y otros problemas. El procedimiento, conocido como ultrasonido focalizado, dirige ondas sonoras a partes del cerebro para alterar los circuitos cerebrales defectuosos que causan los síntomas.
“Los ultrasonidos focalizados son una tecnología terapéutica no invasiva”, afirma el Dr. Neal Kassell, fundador y presidente de la Fundación de Ultrasonidos Focalizados. “Hemos dicho que los ultrasonidos focalizados son el sonido más potente que jamás oirás, pero un sonido que algún día podría salvarte la vida”.
Kassell describe su funcionamiento como “análogo al uso de una lupa para enfocar haces de luz en un punto y hacer un agujero en una hoja”.
“Con los ultrasonidos focalizados, en lugar de utilizar una lente óptica para enfocar haces de luz”, añade, “se emplea una lente acústica para enfocar múltiples haces de energía ultrasónica en objetivos situados en las profundidades del cuerpo con un alto grado de precisión y exactitud, preservando el tejido normal adyacente”.
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El procedimiento ha resultado muy beneficioso para las personas con temblor esencial, un trastorno neurológico que provoca temblores involuntarios y rítmicos. El trastorno puede afectar a casi cualquier parte del cuerpo, pero los temblores suelen producirse en las manos, incluso durante tareas sencillas como comer, beber o escribir.
El temblor esencial suele ser más prominente en un lado del cuerpo y puede empeorar con el movimiento. Es más frecuente en personas de 40 años o más, y afecta a casi 25 millones en todo el mundo, según un estudio de 2021.
Tal fue el caso de Brenda Hric, de 80 años, que recientemente se sometió a ultrasonidos focalizados en la Universidad de Virginia, institución pionera del procedimiento.
Los temblores de Hric la hacían sentirse incómoda en situaciones sociales porque temía derramar o derribar algo, declaró a CNN.
Pero con solo 44 segundos de ondas de ultrasonido focalizadas se le quitaron los temblores.
“Me miré la mano y vi que no se movía; era la primera vez que podía verme los dedos quietos en 20 años”, dijo Hric. “Creo que definitivamente es un milagro, y doy gracias a Dios por ello”.
Cómo funciona
Los ultrasonidos focalizados son una forma de neurocirugía funcional, es decir, la intervención en estructuras precisas de las profundidades del cerebro para modificarlas, restablecer su funcionamiento o, en este caso, detener un tumor. Según los expertos, es un tratamiento alternativo para quienes, como Hric, no responden o dejan de verse afectados por el tratamiento farmacológico convencional.
“En un sentido simplista, se puede imaginar que hay un montón de neuronas anormales en este único objetivo que están disparando sin control, causando el temblor, la sacudida”, dijo Kassell.
La tecnología de ultrasonidos focalizados utiliza un transductor para forzar la convergencia de haces de ondas sonoras en un punto con el fin de elevar la temperatura y destruir el tejido.
Antes de recibir ultrasonidos focalizados de alta intensidad, los necesarios para tratar el temblor esencial, los pacientes deben afeitarse la cabeza, ya que a veces puede quedar aire atrapado en los folículos pilosos.
A continuación, el paciente se somete a resonancias magnéticas y tomografías computarizadas para que los médicos puedan utilizar las imágenes resultantes para cartografiar la estructura del cerebro y el objetivo.
El Insightec Exablate Neuro, una plataforma de ultrasonidos focalizados, indica cuántos haces deben utilizarse para realizar el tratamiento, y luego los neurocirujanos pueden hacer lo que el Dr. Jeff Elias llama “disparos de prueba, solo para asegurarnos de que estamos enfocados justo en el punto exacto”.
Elias, neurocirujano de UVA Health que trató a Hric, es pionero en el tratamiento de los temblores esenciales mediante ondas ultrasónicas. En 2011, dirigió los ensayos clínicos fundamentales para obtener la aprobación reglamentaria de este procedimiento en Estados Unidos.
“Estos (disparos de prueba) son realmente de baja energía, pero queremos ver si nuestro tratamiento está exactamente donde queremos”, indicó. “Es nuestra oportunidad de apuntar con el rifle”.
Cuatro dosis de tratamiento de 11 segundos mejoraron significativamente el temblor de Hric. El procedimiento completo duró menos de dos horas, la mayor parte de las cuales se dedicó a cartografiar el cerebro y probar el objetivo.
Antes, Hric tenía problemas para dibujar dentro de las líneas de los círculos. Los ultrasonidos focalizados le ayudaron a colorear dentro de las líneas.
Ventajas e inconvenientes
Según el Dr. Nir Lipsman, científico del Centro de Ciencias de la Salud Sunnybrook de Toronto y director del Centro Harquail de Neuromodulación de Sunnybrook, por lo general, cualquier persona con un diagnóstico de temblor esencial que no responda a la medicación podría someterse a un tratamiento con ultrasonidos focalizados.
Las personas que no pueden someterse a una resonancia magnética por claustrofobia o por tener metal en el interior del cuerpo no pueden optar al ultrasonido focalizado, según el Dr. Noah Philip, profesor de Psiquiatría y Comportamiento Humano de la Facultad de Medicina Alpert de la Universidad Brown. Philip también dirige la investigación sobre salud mental en el Centro de Neurorrestauración y Neurotecnología de la Administración de Veteranos.
Según Lipsman, lo ideal es que los beneficios de los ultrasonidos focalizados sean permanentes. “Si se consigue destruir la parte del cerebro responsable del temblor, el efecto debería ser permanente”, afirma. “Al año, sin embargo, algunos de estos pacientes tendrán un rebote o recurrencia de su temblor, y no sabemos a qué se debe”.
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No obstante, este regreso también puede producirse con el tratamiento farmacológico, razón por la que algunos pacientes con temblor esencial recurren a los ultrasonidos focalizados.
Pero algunos pacientes han experimentado los beneficios cinco años después de someterse a ultrasonidos focalizados, según un estudio de Elias de 2022.
Los posibles efectos secundarios del ultrasonido focalizado son la razón por la que las partes de mapeo y prueba del procedimiento son tan importantes. Si se actúa en la zona equivocada o se trata en exceso, el equilibrio y la estabilidad del paciente pueden verse perjudicados a largo plazo.
“El riesgo más común que encontramos en los pacientes es un entumecimiento u hormigueo temporal que a veces puede producirse en el brazo tratado o en la zona de los labios”, explica Lipsman. “La gran mayoría de las veces eso desaparece con el tiempo”.
Otros riesgos frecuentes, pero normalmente temporales, son una ligera inestabilidad en los pies tras la intervención. Pero los médicos no utilizan anestesia general ni hospitalizan a los pacientes para este procedimiento, añadió.
El futuro en este campo
En la actualidad, la tecnología de ultrasonidos focalizados se utiliza en todo el mundo en diversas fases, incluidos ensayos clínicos y usos reglamentarios aprobados. Existen más de 170 aplicaciones clínicas -entre ellas, trastornos neurodegenerativos y tumores cerebrales, de mama, pulmón y próstata, entre otros- y el campo está creciendo, según Kassell.
“Se puede observar el efecto del tratamiento por ultrasonidos en tiempo real mientras se administra, mientras que con la radiación el efecto del tratamiento es invisible mientras se administra”, explica Kassell. “Y el efecto de la radiación tarda semanas o meses en hacerse evidente”.
Su uso para la depresión y el trastorno obsesivo-compulsivo está sobre la mesa, según un pequeño estudio realizado en 2020 por Lipsman y un equipo de investigadores. Los científicos descubrieron que los ultrasonidos focalizados eran seguros y eficaces para mejorar los síntomas de las personas con depresión mayor y trastorno obsesivo-compulsivo. Pero se necesitan más estudios.
Una limitación de los ultrasonidos focalizados es que no todas las personas tienen el mismo cráneo, según Lipsman.
“La densidad del cráneo influye mucho en la capacidad de los ultrasonidos para atravesarlo”, añadió. “Es raro, pero hay algunos pacientes en los que, por mucho que lo intentemos, no podemos hacer una lesión eficaz en el cerebro. El cráneo no permite el paso de los ultrasonidos. Es una limitación técnica de la tecnología, algo en lo que estamos trabajando activamente”.
Los ultrasonidos focalizados no están disponibles para todas las afecciones, pero los expertos se muestran esperanzados en que “el secreto mejor guardado de la medicina” se convierta algún día en un tratamiento estándar.
“Creo que dentro de 10 años”, afirma Kassell, “los ultrasonidos focalizados serán una terapia generalizada que afectará a millones de pacientes cada año en todo el mundo. Será ampliamente aceptada”.